Los caballeros de la mesa redonda eligen a su nuevo rey. Por turnos, los jugadores levantan sus espadas; pero cuidado, porque no todos se mantienen fieles al reino. Se debe adivinar cuantos de ellos senalaran hacia la corona y el que acierte se vera recompensado con piedras preciosas. Ganara el jugador que haya acumulado al final mayor cantidad de piedras.