Descripción

En efecto, tanto las crónicas árabes como cristianas refieren que, al poco de culminarse la conquista islámica de la Península, estalló una revuelta importante en las montañas del norte, una sublevación dirigida por un líder carismático que posiblemente tuviera vínculos con el recientemente extinguido reino visigodo, un personaje llamado Pelayo. Contra todo pronóstico, la rebelión triunfó y permitió la supervivencia de un Estado independiente y refractario de Córdoba que, con los años y tras innumerables peripecias, acabaría plantando el germen del reino de Asturias y este, a su vez, el primer peldaño de lo que la tradición historiográfica reconoce bajo el nombre de Reconquista. De este modo, un hecho en apariencia irrelevante, como fue la derrota de un pequeño contingente musulmán en la batalla de Covadonga (o de Auseva) a manos de Don Pelayo, acabaría teniendo una extraordinaria repercusión en la historia peninsular. En las páginas que siguen trataremos de indagar en estos nebulosos sucesos cuyo conocimiento, merced al auxilio de la arqueología y a una renovada lectura de las fuentes, se ha visto incrementado enormemente en los últimos años.